Tras el mostrador del gimnasio 365 y rodeada por parte del personal del establecimiento, apenas se percibe la presencia de Eréndira Ibarra, la actriz que con sus personajes en Infames, Capadocia y Sense8, por mencionar algunas producciones, ha dado cuenta de su capacidad histriónica, y quien ahora vive su mejor rol, la espera de su primogénito para finales de marzo o principios de abril.
Con un tenue maquillaje que realza su belleza natural y el brillo que le otorga su embarazo, la actriz compartió cómo ha logrado el entorno ideal para la espera de su bebé, al emprender su segunda experiencia como dueña de un gimnasio.
¿Qué haces ahora de empresaria al frente de este gimnasio, una faceta muy diferente a como te hemos visto en pantalla y un tanto desconocida?
Sí, este es otro lado que poca gente conoce de mí, pero estamos (ella y su esposo Fred Londoño) muy orgullosos de lo que hemos creado, fuimos dueños de otro gimnasio por tres años, tuvimos la gran posibilidad de independizarnos de la socia de allá y crear un espacio más grande, más a nuestro agrado y a nuestro gusto, más cerca de nuestra casa y de nuestra zona y así podemos hacer mancuerna con las marcas que nos apapachan y con las que queremos trabajar, como Red Bull y Puma, con la que ahora estamos participando en la campaña Yo no tiro la toalla.
¿Cómo surge el gusto por el deporte?
Desde muy pequeña estuve metida en deportes en general, porque en Estados Unidos, que es donde crecí, en California, las escuelas en las que estaba hacía deporte, era una niña hiperactiva, entonces para que me mantuviera ocupada, mi mamá me metía a muchas cosas, hacía voleibol, futbol. Y me gustó mucho. Pero cuando me vine a vivir a México, como que las escuelas no tenían el mismo nivel e intensidad que allá.
“Y ya cuando me vine para acá, dejé mucho el deporte y me metí a todo el lado de danza y artes escénicas, pero cuando conocí a mi esposo retomé el lado deportivo, él es de artes marciales, Tae Kwon Do. Los dos nos metimos al crossfit, nos gustó y él se certificó, y fue de los primeros couches en el país.
“A mí me encantó, porque por primera vez sentí que no me aburría. Yo pasaba de cuatro a cinco horas en un gimnasio y tenía resultados mínimos, terminaba y decía: ‘estoy gastando una lanota, y no veo cambios, salgo y mejor me como mi gordita de chicharrón prensado…’ Y con el crossfit era otra cosa, hacía una hora y a los tres meses ya tenía los bracitos y las piernas marcadas. Entonces, dije: ‘No puede ser, esto es lo mío, y me empezó a encantar’”.
“Después tuvimos el sueño de hacer un gimnasio. Abrimos uno en la Narvarte, nos fue muy bien, pero tuvimos algunas diferencias con la socia, queríamos hacer cosas más grandes. Así surgió 365, el gimnasio que ahora tenemos y en el que nos la pasamos todo el día, fue como que el universo se nos abrió, es la torta que trae mi hijo bajo el brazo.
¿Y cómo vas con la idea de ser mamá?
Estoy emocionada, ha sido interesante la preparación, lo que me gusta mucho de 365 es que el bebé va a tener un espacio donde va a aprender a caminar, a jugar, a tener muchas posibilidades, porque ya tenemos una comunidad que nos quiere mucho. Tener aquí al bebecito va a ser demasiado perfecto.
“Y a mí me gusta mucho, porque me da algo que hacer, no puedo estar quieta, y ahorita no tengo muchas ganas de estar frente a cámaras. Sí tengo ganas de trabajar, pero de repente, el humor, la fatiga, el cansancio, todo lo que se te viene encima (por su embarazo), pensar en estar en un foro o sentada en un escritorio… no me atraé. Por eso mis respetos a todas las mujeres que trabajan hasta los 8 o 9 meses, porque está rudo.
¿Has encontrado el balance en tu vida?
Sí, y un valor catártico. De repente el estrés y el cansancio de la chamba aquí lo vengo a sacar, este es como mi espacio sagrado, donde puedo sacar todo lo que me está molestando, o si un personaje está exigiendo mucho de mí y siento que no está llegando, aquí vengo y lo busco, entonces, para mí es como magia.
¿Para cuándo llega el bebé?
Viene en camino para finales de marzo o principios de abril, y sí es mi prioridad, aunque de manera paralela a su llegada también se darán cosas importantes en mi carrera, porque el 24 de marzo se estrena La ingobernable, que es una serie muy importante para toda mi familia, mi hermana (Natasha Ibarra) la escribió, yo actúo, es producción de mi papá (Epigmenio Ibarra), entonces es muy importante para mí, pero seguro no me verán en la alfombra roja, porque por esos días estará llegando mi bebé.
“También viene el estreno de la segunda temporada de Sense8 y una película que va a estrenarse en verano. De modo que aunque no estoy trabajando ahora, de alguna manera estaré presente”.
¿Pensaste en algún momento que tu embarazo cambiaría tu vida en relación a tus actividades profesionales y hasta qué punto estás decidida a priorizar a tu familia?
Mi mamá siempre me dijo que era muy importante que me sintiera como una mujer completa, en todos los aspectos, para traer un bebé a mi vida. Yo soy parte de una generación donde muchos de mis amigos no fueron planeados, yo no fui planeada, para mí era muy importante planear tener un hijo.
“Quería saber qué se sentía. Mi esposo y yo nos esperamos cinco años de casados. Hablamos y decidimos que al sexto año tendríamos a nuestro bebé, para que yo tuviera la oportunidad de hacer estos trabajos (Sense8 y La ingobernable) que me iban a ayudar a definirme mucho como mujer, aparte me iban a dar esa fuerza que necesitaba, porque son personajes muy arraigados. Además los necesitaba hacer para sentirme más cómoda con mis capacidades, desde financieras, emocionales… y así traer un bebé con toda la tranquilidad.
“Y hoy aquí me tienes, pendiente de tres estrenos profesionales y la llegada de un bebé. En ocho meses regreso a trabajar con el corazón supercontento y muy agradecido por la oportunidad que tuve de tener a mi hijo y de tener el tiempo para estar con él. Quiero cuidar a mi hijo hasta que tenga cierta independencia.
¿Tu decisión está impulsada por la madurez?
Es muy difícil, porque como actriz, a veces te gana el ansia de pensar que si no estás trabajando, te van a olvidar, de que ya no vas a tener trabajo, pero en mi caso es la madurez que viene con 10 años de carrera, de que sabes que no es una vez que le pegas al éxito, porque él éxito tú lo construyes y lo puedes reconstruir a partir de quien eres.
“Y cada experiencia en tu vida, te hace una mejor actriz, entre más crezca, mejores oportunidades laborales voy a tener. No se trata de estar todo el tiempo en las portadas, sino de construir la materia prima para ser mejores en tu profesión. Yo estoy cultivando mi carrera al mismo tiempo que estoy cultivando a un bebé.